domingo, 13 de marzo de 2011

Época clásica (IV y V a. C.):

Características generales: 1. Frente al arte religioso y tradicional de Mesopotamia y Egipto (influencias orientales), la escultura griega se presenta como humanista, al principio el tema es el hombre, pero hay una clara evolución desde el esquematismo hacia el naturalismo. 2. El tema predominante es la figura humana, y predominan sobre todo los desnudos, siendo secundaria la animalística. 3. Los materiales utilizados son el mármol, la piedra y el bronce. Se utilizan en menor medida el marfil y el oro, o la combinación de éstos: crisoelefantino. 4. La mayoría de las obras de los maestros griegos se conocen por copias realizadas por los romanos. 5. Hay una profunda evolución de la escultura griega a lo lardo de las etapas de dicha escultura, es decir, aunque en sus inicios (época arcaica) hay una clara influencia de Mesopotamia y Egipto, llegó a crear modelos originales que se distanciaron claramente de sus primeras obras escultóricas. Características como la expresión, el movimiento, el volumen, etc., fueron consiguiéndose poco a poco. En la época arcaica final, la búsqueda principal fue la conquista de la representación del cuerpo humano; en la clásica, realismo e idealismo se combinan en igual medida; en el helenismo, el realismo se impuso al idealismo. 
Época arcaica (XVII y VI a. C.): Las primeras esculturas que e realizaron fueron las Xoana, que recuerdan al tronco de un árbol, con un ligero estrechamiento en la cintura (sólo se conocen por textos literarios). Los principales temas son los Kouros y las Kores. 
1. Kouros: son representaciones de atletas desnudos y tienen convencionalismos típicos del arte antiguo: frontalidad; simetría; hieratismo (rigidez en las articulaciones), por lo que no hay sensación de movimiento; pies sólidamente apoyados en el suelo, el izquierdo se adelanta, pero el cuerpo se apoya en los dos; escaso estudio de la anatomía; inexpresividad en los rostros, ojos abultados y almendrados, grades pómulos, barbilla y mentón muy marcados, sonrisa arcaica; cabellos con disposición geométrica. En el largo periodo de tiempo en que se realizaron, desde la segunda mitad del s. VII hasta el s. V sufrieron una evolución importante. Los convencionalismos son muy fuertes al principio, desapareciendo casi prácticamente al final en una clara conquista del realismo. Como ejemplos de esta etapa destacamos numerosos Kouroi, como el de Anavisos, El Kouros de Melos, etc. Otras obras a destacar son el Moscóforo (precedente de la figura del buen pastor en la iconografía paleocristiana) y también el Apolo de Piombino, de bronce. 
2. Kores: Son imágenes de sacerdotisas, y es por esto que van vestidas. Se han encontrado imágenes de éstas en diferentes tamaños, la mayoría proceden de la Acrópolis. Al igual que los Kouroi, eran figuras policromadas y tienen los mismos convencionalismos que las esculturas masculinas. Experimentaron también una evolución en el sentido de mayor realismo centrado en cabellos y ropaje. Los cabellos son largos formando tirabuzones. En un principio se parten en dos separándose hacia delante, después se desplazan hacia atrás, y finalmente se recogen en la nuca con un moño (al igual que en los Kouroi). Al principio, vestían el pelo dórico (túnica suelta pero ajustada a la cintura) posteriormente la túnica y el chitón jónico. Se realizaron en distintas escuelas: Ática, Jónica y Peloponésica. 
Escultura de transición a la época clásica. Periodo severo (560 al 470 a. C.): 
Durante este periodo hay una evolución en varios aspectos: mayor movimiento, mayor estudio anatómico y de los ropajes, idealización y equilibrio. 
1. Los frontones: Aunque en un principio fueron decorados con pinturas, muy pronto se impuso la decoración con relieves. Estos espacios triangulares plantean dificultades técnicas, pues los espacios para localizar las figuras con desiguales. La primera solución técnica la aporta el templo de Medusa en la isla de Korfú (época arcaica). Aquí el problema se resolvió con la utilización de figuras a diferentes escalas, pero no triunfó. Fue en los frontones de Atenea Afaia en la isla de Egina, y en el de Zeus en Olimpia cuando los escultores adoptaron una solución más realista: no se utiliza distinta escala, sino que las posturas y el movimiento se adaptan a los diferentes espacios. 
Época clásica (IV y V a. C.): 
En este periodo la escultura alcanza la máxima perfección en la representación de la figura humana. Hay un intento de representar la realidad (realismo idealizado). La escultura refleja un mundo de seres perfectos que difícilmente podemos encontrar en la realidad. Los autores del s. V captan la belleza ideal, basada en la proporción y la armonía. Se da un estudio más detallado de anatomía, cabello, etc. Posturas más naturales, e incluso asombrosas, con separación de los brazos y las piernas, que intentan captar la energía y el movimiento. Los rostros manifiestan estados de serenidad y equilibrio. En el siglo IV los escultores dan mayor importancia a la expresión de los sentimientos en los rostros, y mayor movimiento. 


kevin Perez

18226153

CRF

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